La magnífica temporada de los Vikings llegó a su final de forma cruel, con una clara derrota ante los Rams, que se van a la ronda divisional a enfrentar a los Eagles el próximo domingo.
El partido, jugado en Arizona, debido a la emergencia en Los Ángeles por los incendios que ha sufrido la ciudad, significó el predominio de la experiencia y el buen plan de juego que demostraron los Rams y el fuerte retroceso del equipo de Minnesota, que no pudo hacer valer en playoffs su temporada de 14 victorias.
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Uno de los protagonistas de la noche fue el quarterback de los Vikings, Sam Darnold, quien regresó al nivel que se le conoció en los Jets y en los Panthers, aunque cabe mencionar que su línea ofensiva se vio superada constantemente durante el juego.
Justin Jefferson, el receptor all – pro, no pudo tener un buen juego y no superó las 100 yardas aéreas. probando el buen juego que mandó el head coach de Los Ángeles Sean McVay, quien ya ha estado en este terreno de postemporada y mostró su habilidad como estratega y entrenador.
Darnold fue constantemente capturado, sufrió una pérdida de balón y lanzó para una intercepción y solo una de anotación. Nunca pudo adaptarse al juego y tuvo otro mal momento, frente a la experiencia del rival, ya conocedor en los últimos años del escenario de playoffs.
Matthew Stafford, en cambio, mostró solidez y toma de buenas decisiones, para conectarse con Puka Nacua y Cooper Kupp, que dieron su cuota de seguridad en el juego.
Pero lo que más sobresalió para los Rams fue la defensa, que maniató los grandes nombres ofensivos de los Vikings, como los mencionados Darnold, Jefferson, Jordan Addison y el corredor Aaron Jones. Ninguno pudo sobresalir. Además, lograron 8 capturas al QB, un récord de postemporada.
Los Rams, que iniciaron la temporada con un juego ganado y tres perdidos, ahora están en ronda divisional y son un serio problema para los Eagles en el Lincoln Financial Field. De ganar, Sean McVay iría a su tercera final de Conferencia al frente del equipo que entrena desde el 2017.
